Drama y nitroglicerina

Drama y nitroglicerina

domingo, 3 de marzo de 2013

ALEGRÍA

¡Ole! que vida, que arte, que amante.
Tú te tumbas sobre mi pecho,
se te escapan las sonrisas indiscretas
y me muestras los mordiscos más bonitos
que jamás he sentido.

Y tú me dices ¡vida mía!,
¡que basta ya de melancolía!
y yo te grito ¡alegría!
Alegría de tenerte aquí cuerpo a cuerpo,
sonriendo a quemarropa
y con mi aliento mezclado con tu aroma.

Ríete bajito mi amor
que no quiero compartir tu dicha con nadie
y sólo yo ser dueña y detonante
de la dirección al cielo
de las comisuras de tu boca.

¿Y qué júbilo tus ojos?
Brillantes,
encendiendo mis sentidos,
delatando los quehaceres
de perderte y olvidarte
del arrope de otros amantes.

Que no vida mía, que no,
que cada una de tus sonrisas son sólo mías.
Ya le echo yo la leña a la hoguera.
¿Que me quemo? ¡Que me quemas!
La cosa es sentir el calor de tus entretelas.

Y si es cierto el sentir popular
de que las mejores noches de amor
vienen después de una discusión,
Vete quitando la ropa amor mío
que yo me enfado pero no me enfrío.

Y es que la lumbre en tu cuerpo
es la vida más allá de la muerte.
es olvidarme a poquitos
del camino ya hecho.
Es darle júbilo a la tristeza,
y en una balanza ganarle
tus sonrisas a mis destrezas.

Que no vida mía que no,
Que no más melancolía,
que tú esta noche y lo que queda de vida,
me imprimes ¡Alegría!