Drama y nitroglicerina

Drama y nitroglicerina

sábado, 18 de junio de 2016

Terminado de publicar en junio, ya se puede adquirir Drama y nitroglicerina en librerías.

Los puntos de venta son:
Librerías Gil (Santander).
Librería DLibros (Torrelavega).
Librería Estvdio (Santander).
Librería Sancho Panza (Cabezón de la Sal).

Para los que sois de fuera podéis poneros en contacto conmigo en el correo silvia@prellezodelariva.com

El pasado mes de abril se publicó en la editorial Septentrión Ediciones la antología poética el Hilo más firme - Nuevos poetas de Cantabria del antólogo, editor y escritor Carlos Alcorta.

A través de un esmerado y acertado prólogo del antólogo y la voz de 7 poetas cuyos orígenes se encuentran en la Red, se hace un análisis de la nueva poesía y la influencia de la digitalización en la escritura.





lunes, 28 de marzo de 2016

ABNIEGA Y ODIA

Abnegar
Del latín abnegäre.
1. intr. P.
us  Renunciar voluntariamente a los propios deseos, pasiones o intereses a favor de otros. U. m. c. prnl. U. m. en part.

Odio
Del lat. odium.
1. m. Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea.


No voy a volver,
me vas a odiar y podrás encarcelar la atracción. 
Métela como un pájaro en una jaula,
Métete tú entre barrotes,
Abniega de todo esto y ódiame por todo lo que jamás vas a tener de mí.

Los domingos no se trabaja,
salvo el esfuerzo innato del deseo,
ni se trabaja tampoco cuando es prioritaria la llama a encender contra un cuerpo.
Que no te engañen en el último vagón de las prioridades.
A ti no te van a encender,
no te van a priorizar
y entonces me odiarás por todo lo que jamás vas a tener de mí,
me odiarás por esta crueldad que me has inoculado como un veneno.

Me afilas la lengua para luego intentar odiarme,
y mientras lo haces,
imaginas esa misma lengua clavándose entre tus piernas,
haciendo de un desierto la vida hecha agua.
Me voy con el trofeo de lo sexual mientras apagas el fuego y me maldices.

¿Sabes por qué me gritas?
Porque tu fuero interno querría hacerlo en la cama.

Ódiame más fuerte,
más profundo,
con tus manos,
con tu boca,
con tus piernas,
ódiame hasta la extenuación
y cuando seas consciente de que jamás dejarás de comparar
te darás cuenta que el paraíso sólo se vive una vez.

Confórmate con la gente que se tire sobre tu cuerpo con paracaídas
y ódiame porque yo hago caída libre para sentir el temblor de las piernas.
Despréciame porque ese temblor no volverá
y quédate envuelta en esos amores de manual teórico.

Ódiame por la magia,
porque tú tienes el conejo pero yo tengo la chistera y los 4 ases.

Ódiame porque mis manos,
mi boca
y mis entrañas te han llevado a éxtasis brutales.

¿Y tú dices que no te lleno?
yo te he llenado y no sólo de sexo,
pero ahora,
ódiame porque no voy a volverte a inundar de placer,
se va a quedar tu cuerpo vacío y seco,
y tu corazón se quedará como una vacante sin comprensión.

Hunde esta noche tus manos entre tus piernas y nótalo,
nota como me odias,
ese calor,
como me olvidas,
como te vacías,
nótalo todo esta noche,
incluido los orgasmos que no se van a repetir.
Nótalo y ódiame,
porque así te será más fácil intentar olvidarme el resto de tu vida,
de la mía no,
yo me lo juego todo a una carta
y hoy prefiero que abniegues
y me odies
porque será el axioma que evidencie que me has amado
y que te he llenado como nadie.



lunes, 7 de marzo de 2016

33

Para desnudarme sólo tengo que decir que
amo la palabra.
Llevo una vida clavando mis dedos en su tierra para entender su origen,
sus raíces
y rendirme a ella.

Tengo un mechón blanco en mi pelo desde hace justo 20 años
y no sé si es por duelo
o por un golpe certero de madurez anticipada.

Creo en Dios y rezo
y al incrédulo le pregunto cómo puede haber tanto dolor y tanto placer
nacidos de la nada.

Cometo pecados cada día,
cada mañana,
cada instante,
hasta construyendo sueños en la narcosis más profunda peco.
Y peco porque amo.

Soy transparente,
me presento a las batallas a pecho descubierto.
No tengo nada que esconder.
Y aunque a veces me tachen de imprudente,
no combato sin escoger las armas y la táctica primero.

Dicen que vivo las cosas con demasiada intensidad,
y yo me pregunto:
sin pasión
¿qué sentido tiene vivirlas?
Antes vida con heridas de muerte
que muerte sin rasguños.

Amo el olor de la tinta
tanto como el olor de la piel de esos amores
que se cuelan por los 5 sentidos
y se alojan en el sistema nervioso como forma etérea de vivencias no escritas.

Me deleito con el color azul
pero ante la vida escojo el rojo,
el rojo del vino,
el rojo de la sangre
y el rojo de la tinta con la que escribo cuando me toca expoliar el alma.

Y esa sangre es mi prioridad,
la que me une a los míos
porque los míos son hogar
y el hogar reside en mi pecho.

A veces creo que el alma está en el ombligo
pero otras pienso que es algo vivo y en movimiento,
que se trata de ese temblor que recorre mi espina dorsal
cuando entra en juego algún campo gravitacional.

Tengo miedo a la muerte
porque Dios aún no me ha contado si pasada la barrera podré seguir amando.

Prefiero dar que recibir
y aunque suene a tópico,
recoger una sonrisa es la mejor condecoración
cuando luchas por dejar tu huella en otras entrañas,
en otro ombligo,
quizás,
en otra columna vertebral.

Dicen que estoy enamorada del amor,
que domino la palabra y la manejo a mi antojo

Y yo me paro y pienso que me enamoro a mi antojo,
que el amor me domina

y la palabra me encarcela.

martes, 1 de marzo de 2016

TE MIENTO

Espiro sosegadamente.
Los músculos de mi cara se relajan.
Mi boca se arquea convirtiéndose en sonrisa.

Mi cuerpo se destensa.
Después de mucho tiempo, reposo sobre el lado izquierdo.
Hay manifestaciones poco obvias para el resto que para mí se vuelven pequeños placeres de vida.

Sobre mi espalda reposa tu carga.
Te eximo de tus yerros.
Aprendo el concepto de la mentira piadosa lanzándote una capa incorpórea de protección.

Te miento,
claro que te miento,
te protejo,
claro que te protejo.

Y me invade la calma.
Jamás sabrás la verdad.
Jamás te mostraré mi espalda.
No verás nunca los daños colaterales sobre mi coraza.

Te abrazo con mi aliento,
con mi silencio,
con prudencia,
con cautela
Y sin presión.

No notas nada y esa es la meta.
Construir una balsa de aceite
y remar con mis brazos mientras te miento

y eternizo tu sosiego con la fuerza de mis húmeros.

miércoles, 24 de febrero de 2016

LA BARRERA DEL VÉRTIGO

¿Dónde están todos esos superhéroes que ajusticié por ti?
Dónde…
Todos esos poderes que saqueé para ti
¿en qué arcón los guardaste?

Esa manera tuya de objetar sobre el párrafo final,
esa manera de interpretar si en verdad
era el momento perfecto.

Nunca quisiste ver conmigo Grandes Esperanzas,
tenías miedo a salir a escena,
pánico a ser protagonista de algún dolor indeleble.
Ahora me tañe  en la cabeza esa frase de película:
“no te das cuenta que todo lo que he hecho lo he hecho por ti”.
Mientras, me imagino
con un libro golpeando mi pecho bajo la lluvia
y tu balcón imaginario.

Pensé que a mi casa le faltaban unos cuantos muebles para ser hogar,
ahora me doy cuenta que le faltas tú.
He repartido el recuerdo de tu aroma por cada rincón,
tu piel es incienso y hay un humo blanco que araña mi retina.

He jugado a crearme de nuevo
y he descubierto que no manejo bien los verbos reflexivos.

Creo en Dios pero tengo miedo de declarar mis pecados.
sé que me perdonará
porque la palabra la escribo aunque no la pronuncie.

He construido un mito sobre tu cuerpo, una leyenda quizás,
y trepo por ella para conocer el punto en el que traspaso la barrera del vértigo.
Si me despeño, juro que besaré el suelo.

Nunca me has dejado cometer ningún error,
tu nivel de exigencia es la cúspide de mi ambición.

Creo en Dios y creo en ti,
pero él perdonará mis pecados
y tú me enterrarás en un averno silencioso.