Drama y nitroglicerina

Drama y nitroglicerina

lunes, 15 de febrero de 2016

CREÍA, SABÍA, PERO APRENDÍ

Yo creía esa teoría del hilo rojo que nos une a alguien.
Cuando no mirabas tiraba suavemente del hilo
y notaba la certeza de un leve movimiento de tu mano.
Ínfima conexión que daba credibilidad al hecho.

Yo sabía que hacerte feliz era más difícil
que ver un fotograma de Buster Keaton sonriendo,
pero en el plano final del Rey de los Campos Elíseos él abraza a la chica y sonríe.
Así entendí que improbable no era imposible.

Yo aprendí que el arte de la guerra era aplicable a nuestra colección de batallas,
solo había que darle la vuelta al objetivo:

1. Me aproximaste a tu guerra.
2. Me dirigí hacia ella.
3. La ofensa no era una estrategia.
4. Dispusiste tu cuerpo sobre el mío.
5. Restaste mis fuerzas y te rendiste a mi energía.
6. Ni fuertes ni débiles, ni puntos suspensivos.
7. Maniobras de indecencia para profundizar en lo propio y lo ajeno.
8. Una variable, tú.
9. Marchas hacia el cielo.
10. El terreno resbaladizo de tu instinto.
11. La única clase de terreno, tu piel.
12. Ataque de fuego amparado por la salvación del agua.

12+1. El uso de espías que demuestran el empate en la guerra, la victoria en la cama.

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