Drama y nitroglicerina

Drama y nitroglicerina

viernes, 23 de mayo de 2014

SI TÚ NO ME DICES VEN...


Quiero que esto no sea un poema.
Me siento como si estuviera disfrazando
la basura que llevo dentro en este momento.

Tapando los agujeros con arena
que el viento se llevará 
en el segundo que menos me lo espere.

Está todo oscuro
pero si cierro los ojos veo el azul de otro día.
Otro día del pasado pero más nuevo,
menos usado que esta noche.

Reverbera tu voz dentro de mis sombras,
no la absorben las paredes de mi falsa valentía.

La diferencia entre peinar el viento
o peinar tus sentimientos
es una inmensidad de salitre y agua
que me desvela la ingratitud de tu saliva.

El mar ya no sabe salado,
esta noche está amargo,
aunque a veces la boca se me seque
y se me venga encima el sabor dulzón de los excesos.

Cuando te pido que seamos rompeolas
me asalta la dicotomía de los hechos.
Mar o roca,
Ahogarme o estrellarte,
Encajar o notar los cantos arañándonos la piel.
Quererte u odiarme.
Irme o quedarte.

He pedido mil veces con y sin voz
que no hubiera comparaciones,
y aquí me veo sentada siempre en una balanza,
buscando el contrapeso.

¿Cómo lo has hecho?
¿Cómo has conseguido esta noche
que te vea igual que al resto?

Se me han clavado espinas en la piel
que mi cuerpo expulsa como un acto involuntario.
Y hoy eres para mi una mantis religiosa
que se diferencia del resto en que avisa antes de matar.

Nos revolcamos en extrañeza
al hablar de esos cuerpos que dicen que se aman
pero que no se funden en el sudor de la perversión de una cama.

Siento los orgasmos en el corazón
y mientras,
tus piernas huyen entre las sábanas.
Esas piernas que son la expresión de mi veneración y tu desgana.

Son las 4.37 A.M.
y te echo de menos.
Cierro de nuevo los ojos muy fuerte
y veo muy clara la línea que demarca de tu frente a tu boca,
un trayecto que me mata y me resucita,
que me excita, que me encanta.

Aprieto la mandíbula cuando empieza a difuminarse el trazo,
cuando se emborronan tus ganas 
y tu abdomen no encaja con mi empeño.

Abro de nuevo los ojos.

Aunque tú no me digas ven.

Yo te dejo todo.