Drama y nitroglicerina

Drama y nitroglicerina

lunes, 16 de diciembre de 2013

Y esto fue... TRONOS PAGANOS I

Tus reglas son débiles,
siempre son débiles
Giras sobre un guión demasiado evidente.

Creas en el tablero un ámbito de celos.
Y crees que me atraes de nuevo a ti con trampas
que finjo que me creo.

Envuelves un ejercito de peones,
adeptos a tus caprichos
y te elevas a tronos paganos
que financias con tus propias mentiras.

Eres decadente.
Tu fragilidad es tan poco atractiva
como el hielo en el infierno.
Pero tu ego está enamorado de tus formas,
y es que tu fondo es un pozo negro.

Confieso las ocasiones en que me has dado pena.
Declaro la única vez que pensé sentirte,
dudé incluso dejarme ganar.

Y en tus falsos retornos,
en tus búsquedas de gente-objeto-peón,
te observo en off extrañado de que pienses que para mí esto no es un juego.

Tengo cicatrices de bien
y placeres de mal suficientes
para saber la pendiente
de cada próximo movimiento.

Y me divierte analizar la ridiculez de tus actos.
Tu ludopatía y tus evidencias.
Tus caminos mal trazados,
en los que ganas en velocidad y pierdes en elegancia.

Me decepciona a veces haber descubierto
tan pronto tus trampas.
Pero me divierte el juego
tanto como a ti.

Espero que me retes con la misma carta de desprecio
que yo te guardo en la manga de nuestros terceros.

Bien, lanza de nuevo,
te concedo todos los turnos.
No necesito ventajas ni revanchas
de expertos-principiantes.

Ya no me siento a esperar tu próxima mala jugada.
Pero el juego no ha terminado.
Lo que no sabes aún,
es que no me vences a mí,
si no que derrotas a tu soberbia.


Buena suerte y que gane el mejor.

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